domingo, 19 de septiembre de 2010

EL LLANTO POR LOS MUERTOS

EL LLANTO POR LOS MUERTOS



Umm Salamah relató: 



“Cuando murió Abu Salamah me dije: Extranjera y en una tierra extraña, lo lloraré con un llanto que dará que hablar y me preparé para llorar por él cuando llegó una mujer de la parte alta de la ciudad que quería ayudarme (en los llantos) y que se había encontrado con el Mensajero de Allah (BP) quién le había dicho: ‘¿Quieres hacer entrar a Shaitan en una casa de la que Allah lo expulsó dos veces?’. Entonces controlé mi llanto y no lloré”.

Usama ibn Zayd relató: 



“Estábamos en lo del Profeta (BP) cuando una de sus hijas lo mandó a llamar informándolo que su niño o su hijo se estaba muriendo, entonces (el Profeta) le dijo al mensajero (de su hija): ‘Vuelve con ella e infórmala que ciertamente a Allah le pertenece lo que se ha llevado y lo que El ha dado, y que El ha determinado un tiempo para todas las cosas, ordénale que sea paciente y busque la recompensa (de Allah)’. El mensajero volvió y dijo: ‘Ella ha jurado que irías con ella’. Entonces el Profeta (BP) se levantó y se levantaron con él Sa’d ibn Ubada y Muád ibn Yabal y yo fui con ellos. El niño fue levantado hacia él y su alma estaba inquieta como si estuviera en un odre, entonces sus ojos (del Profeta) se llenaron de lágrimas y Sa’d le dijo: ‘¿Qué es esto? ¡Mensajero de Allah!’ Dijo: ‘Esto es misericordia que Allah ha puesto en el corazón de Sus siervos, y Allah es misericordioso con aquellos de entre Sus siervos que son misericordiosos’”.

Este hadiz ha sido transmitido por otra cadena de transmisores bajo la autoridad de ‘Asim Al-Ahual.

Abdullah ibn ‘Umar relató: 


Sa’d ibn Ubada se quejó de su enfermedad, entonces el Mensajero de Allah (BP) fue a visitarlo con ‘Abdu Rahman ibn ‘Awf, Sa’d ibn Abi Waqqas y Abdullah ibn Mas’ud, y cuando entró lo encontró desvanecido y dijo: ‘¿Ha muerto?’, dijeron: ‘¡No, Mensajero de Allah!’ Entonces el Mensajero de Allah (BP) también comenzaron a llorar y dijo: ‘Escuchad, ciertamente Allah no castiga por las lágrimas que derrama el ojo ni por la tristeza del corazón, sino que castiga por esto (y señaló su lengua) o es misericordioso’”.


SAHIH MUSLIM Vol. II, número V

Del Imam Abi Al Husayn Muslim bin Al-Hayyay Al-Qushayri Al-Nisaburi